sábado, 26 de septiembre de 2015

¿Sabías que... bostezamos si empatizamos?



Todos los mamíferos bostezan, desde estados prenatales hasta avanzada edad. Incluso se ha observado en otros vertebrados como peces, tortugas, cocodrilos y aves patrones de "apertura de boca" similares al bostezo, si bien la homología del bostezo entre distintas especies es discutida.

¿Y por qué se bosteza?

Proceso de bostezo gatuno, por Danilo Urbina. Vía Flickr. Algunos derechos reservados (CC).


Hay muchas teorías que aducen a un papel fisiológico del bostezo, tales como una oxigenación extra del cerebro o su termorregulación, un efecto de excitación del mismo (y también la teoría contraria, de adormecimiento) o de equilibrio de presión del oído, entre otras. Sin embargo, hasta la fecha, los resultados de las investigaciones acerca de estas teorías son inconclusos.

Por otro lado, se contemplan teorías que encuentran en el bostezo un papel social y de comunicación. En humanos, existen numerosos estudios que han documentado el adormecimiento y el aburrimiento como precursores del bostezo. Así, una de las hipótesis apunta a la comunicación al grupo del estado del que bosteza. Esta comunicación se traduciría en una mejor sincronización del comportamiento del grupo; pero sólo se ha comprobado de manera efectiva en avestruces (Sauer&Sauer, 1967).

Entonces, ¿se contagia? ¿Y por qué?

Bostezos, por Natasha Lelenco. Vía Flickr. Algunos derechos reservados (CC).
En efecto, en humanos el bostezo es contagioso, como numerosos estudios han demostrado; ya sea al ver, escuchar o incluso leer o pensar en alguien bostezando. Sin embargo, todo apunta a que no es algo lineal y común a todos los humanos, sino que la susceptibilidad a que se contagien los bostezos depende de las habilidades empáticas de cada uno. De este modo, se ha visto que el contagio del bostezo es menor en pacientes con desórdenes que afectan a las capacidades de interacción social, como en el caso de autismo o esquizofrenia. Igualmente, se ha encontrado una relación positiva entre la capacidad de contagiarse el bostezo con la capacidad de auto-conocimiento y teoría de la mente o cognición (capacidad de comprender y predecir la conducta y pensamientos de una persona); por el contrario, una relación negativa  con rasgos de personalidades esquizotípicas. Además, se ha comprobado que al ver o escuchar a alguien bostezando se activan en el cerebro regiones relacionadas con la imitación motora, la empatía y el comportamiento social.

A la espera de futuros estudios que ahonden en el tema, así como con otras especies (aunque existen varios con primates que apuntan a teorías similares a las de humanos); parece claro que el bostezo cumple un papel importante en la comunicación entre individuos y por tanto en un contexto social.

Para finalizar, sólo esperar que si estás bostezando es porque te lo haya contagiado la chica de la imagen y seas muy empático... Y no porque espontáneamente el aburrimiento (al leer este artículo) te haya hecho bostezar ;) 

Bibliografía
Guggisberg A. G., Mathis J., Schnider A., Hess C W. 2010. Why do we yawn? Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 34, 1267–1276.
Platek, S.M., Critton, S.R., Myers, T.E., Gallup, G.G. 2003. Contagious yawning: the role of self-awareness and mental state attribution. Brain Res. Cogn. Brain Res.17, 223–227.
Platek, S.M., Mohamed, F.B., Gallup Jr., G.G., 2005. Contagious yawning and the brain. Brain Res. Cogn. Brain Res. 23, 448–452 
Sauer, E.G., Sauer, E.M., 1967. Yawning and other maintenance activities in the South African Ostrich. Auk 84, 571–587

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